TRABAJO DE PROCESOS (Process Work)

La Psicología de Trabajo de Procesos, también conocida como Psicología Orientada a Procesos (POP), fue desarrollada en los años 70 por Arnold y Amy Mindell en Estados Unidos. Este enfoque integrador y holístico combina herramientas de diferentes disciplinas para adaptarse a las necesidades específicas de cada persona, grupo u organización.

Se aplica en tres niveles principales:

  • Personal: como apoyo terapéutico para explorar y superar dificultades internas.
  • Relacional: para facilitar el entendimiento y reducir polarizaciones en conflictos interpersonales.
  • Sistémico: en la gestión y desarrollo de organizaciones y comunidades, promoviendo procesos más inclusivos y sostenibles.

Una de las bases de esta psicología es trabajar con las dificultades como oportunidades de evolución. Ayuda a conectar con las partes marginadas o no reconocidas dentro de nosotros mismos, nuestras relaciones o sistemas, evitando que estas actúen de forma inconsciente y dominen las situaciones.

Además, introduce el concepto de Democracia Profunda, una actitud que valora todas las voces, experiencias y perspectivas, tanto las mayoritarias como las marginales. A diferencia de la democracia convencional, que se centra en el poder de la mayoría, la Democracia Profunda resalta la importancia de incluir también las voces menos escuchadas y los estados de conciencia menos visibles. Cada una de estas perspectivas aporta información esencial para entender y transformar los sistemas de manera más completa y equitativa.

Este enfoque invita a mirar los conflictos y las diferencias como una oportunidad para crecer, integrando las diversas partes de un sistema y fortaleciendo su capacidad para adaptarse y evolucionar.